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Liquidación
Las leyes federales de quiebra rigen la forma en que las empresas salen del negocio o se recuperan de una deuda agobiante. Una empresa en quiebra, el “deudor”, puede recurrir al Capítulo 11 del Código de Quiebras para “reorganizar” su negocio e intentar volver a ser rentable. La dirección sigue dirigiendo las operaciones cotidianas de la empresa, pero todas las decisiones empresariales importantes deben ser aprobadas por un tribunal de quiebras.
En el marco del Capítulo 7, la empresa interrumpe todas sus operaciones y desaparece por completo. Se nombra a un administrador para “liquidar” (vender) los activos de la empresa y el dinero se utiliza para pagar la deuda, que puede incluir deudas con acreedores e inversores.
Los tenedores de bonos tienen más posibilidades de recuperar sus pérdidas que los accionistas, porque los bonos representan la deuda de la empresa y ésta ha acordado pagar a los tenedores de bonos los intereses y devolverles el capital. Los accionistas son propietarios de la empresa y asumen un mayor riesgo. Podrían ganar más dinero si la empresa va bien, pero podrían perder dinero si la empresa va mal. Los propietarios son los últimos en ser reembolsados si la empresa fracasa. Las leyes de quiebra determinan el orden de pago.
Riesgo de insolvencia
Si una empresa en la que ha invertido se declara en quiebra, los pesimistas dicen que tendrá suerte si recupera su dinero, o si lo hace, lo más probable es que reciba unos pocos centavos. Pero, ¿es eso cierto? La respuesta depende de una serie de factores, como el tipo de quiebra y el tipo de inversión que tenga.
El tipo de procedimiento de quiebra -Capítulo 7 o Capítulo 11- suele dar alguna pista sobre si el inversor medio recuperará toda, una parte o nada de su participación financiera. Pero incluso eso variará en función de cada caso. También existe un orden jerárquico de acreedores e inversores, que dicta a quién se le paga primero, segundo y último (si es que se le paga). En este artículo, explicaremos lo que ocurre cuando una empresa pública se acoge al Capítulo 7 o al Capítulo 11 y cómo afecta a sus inversores.
En virtud del Capítulo 7 del Código de Quiebras de EE.UU., “la empresa interrumpe todas sus operaciones y sale completamente del negocio. Se nombra a un administrador para que liquide (venda) los activos de la empresa, y el dinero se utiliza para pagar la deuda”, señala la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos.
Insolvencia
Se habla de insolvencia cuando una persona o empresa no puede seguir cumpliendo sus obligaciones financieras con los prestamistas a medida que las deudas van venciendo. Antes de que una empresa o persona insolvente se vea envuelta en un procedimiento de insolvencia, es probable que participe en acuerdos informales con los acreedores, como el establecimiento de acuerdos de pago alternativos. La insolvencia puede surgir de una mala gestión de la tesorería, una reducción de las entradas de efectivo o un aumento de los gastos.
Si el propietario de un negocio planea reestructurar la deuda de la empresa, debe elaborar un plan realista que muestre cómo puede reducir los gastos generales de la empresa y seguir llevando a cabo las operaciones comerciales. El propietario crea una propuesta que detalla cómo se puede reestructurar la deuda mediante reducciones de costes u otros planes de ayuda. La propuesta muestra a los acreedores cómo la empresa puede producir un flujo de caja suficiente para realizar operaciones rentables mientras paga sus deudas.
Hay numerosos factores que pueden contribuir a la insolvencia de una persona o empresa. La contratación por parte de una empresa de una gestión contable o de recursos humanos inadecuada puede contribuir a la insolvencia. Por ejemplo, el responsable de la contabilidad puede crear y/o seguir de forma inadecuada el presupuesto de la empresa, lo que provoca un gasto excesivo. Los gastos se acumulan rápidamente cuando sale demasiado dinero y no entra suficiente en la empresa.
¿Cómo se declara la insolvencia de una empresa? en línea
En contabilidad, la insolvencia es el estado de no poder pagar las deudas, por parte de una persona o empresa (deudor), a su vencimiento; se dice que los que están en estado de insolvencia son insolventes. Existen dos formas: la insolvencia de caja y la insolvencia de balance.
La insolvencia de tesorería se produce cuando una persona o empresa tiene suficientes activos para pagar lo que se le debe, pero no tiene la forma de pago adecuada. Por ejemplo, una persona puede poseer una gran casa y un coche valioso, pero no tener suficientes activos líquidos para pagar una deuda cuando ésta venza. La insolvencia de tesorería suele poder resolverse mediante la negociación. Por ejemplo, el cobrador puede esperar hasta que se venda el coche y el deudor acepte pagar una multa.
La insolvencia de balance es cuando una persona o empresa no tiene suficientes activos para pagar todas sus deudas. La persona o empresa puede entrar en quiebra, pero no necesariamente. Una vez que todas las partes aceptan las pérdidas, la negociación suele permitir resolver la situación sin necesidad de recurrir a la quiebra. Una empresa insolvente en su balance puede tener todavía suficiente efectivo para pagar su próxima factura a tiempo. Sin embargo, la mayoría de las leyes no permitirán que la empresa pague esa factura a menos que ayude directamente a todos sus acreedores. Por ejemplo, a un agricultor insolvente se le puede permitir que contrate a personas para que le ayuden a recoger la cosecha, porque no recogerla y venderla sería aún peor para sus acreedores.