¿Que él es la política fiscal?

Herramientas fiscales

La política monetaria consiste en mantener estables los precios de los bienes y servicios que compramos. El trabajo del banco central es asegurarse de que la inflación -la tasa de variación de los precios globales de los bienes y servicios a lo largo del tiempo- se mantenga baja, estable y predecible.

La política fiscal se refiere a las decisiones económicas que toman los gobiernos. Los gobiernos pueden decidir gastar dinero para prestar servicios públicos, apoyar la economía y reducir las desigualdades. Pueden recaudar este dinero a través de los impuestos o pidiendo préstamos a los mercados financieros.

La política monetaria y la fiscal actúan de forma diferente. Pero también interactúan entre sí, ya que la estabilidad de los precios y una economía equilibrada son dos caras de la misma moneda. Como vimos durante la pandemia, este vínculo es especialmente fuerte en tiempos de crisis. La crisis golpeó duramente a Europa y perjudicó a la economía, pero la política monetaria y fiscal trabajaron codo con codo para mejorar las cosas. Este enfoque conjunto ayudó a muchas personas y empresas a superar la crisis. Si la política monetaria y fiscal no hubieran trabajado juntas, el impacto positivo habría sido menor.

Ejemplos de política fiscal

La política fiscal se compone de las medidas adoptadas por el gobierno que fijan los tipos impositivos y los niveles de gasto público. Cuánto pagamos de impuestos y cuánto se subvenciona la sanidad son preocupaciones importantes e inmediatas, pero la principal influencia del gobierno es establecer incentivos. La política gubernamental establece el marco general de la economía. Por ejemplo, tener impuestos más altos sobre el consumo que sobre la renta es un incentivo para que la gente gane más y gaste menos. Estos incentivos dictan la evolución a largo plazo del crecimiento económico.

El gobierno dispone de dos palancas fiscales principales: los ingresos fiscales y el gasto público. Los ingresos fiscales son recaudados por el gobierno y se distribuyen mediante la prestación de servicios públicos. La política fiscal consiste en equilibrar estos dos factores. Es deseable aumentar el gasto y reducir los ingresos a corto plazo, ya que impulsará el crecimiento económico. Sin embargo, no se puede gastar indefinidamente más de lo que se ingresa, ya que esto requerirá cantidades cada vez mayores de préstamos y deuda.

Todo el mundo se ve afectado por las decisiones del gobierno, ya que la política fiscal es difícil de evitar. Los impuestos se pagan sobre el salario semanal y el IVA sobre un par de zapatos nuevos. Los impuestos recaudados se utilizan para financiar los servicios públicos, como la educación y la sanidad. El gobierno también se asegura de que los necesitados reciban suficiente ayuda a través de las ayudas sociales. Los servicios esenciales que nos mantienen seguros, como la aplicación de la ley, no serían posibles sin los impuestos. El diagrama muestra cómo se gasta el presupuesto en la prestación de servicios públicos.

Ventajas y desventajas de la política fiscal

Los dos principales ejemplos de política fiscal expansiva son los recortes de impuestos y el aumento del gasto público. Ambas políticas pretenden aumentar la demanda agregada, contribuyendo al mismo tiempo a los déficits o a la reducción de los superávits presupuestarios. Suelen emplearse durante las recesiones o cuando se teme que se produzcan para estimular la recuperación o evitar una recesión.

La macroeconomía clásica considera que la política fiscal es una estrategia eficaz para que el gobierno contrarreste la depresión natural del gasto y la actividad económica que se produce durante una recesión. A medida que las condiciones empresariales se deterioran, los consumidores y las empresas recortan el gasto y las inversiones. Este recorte hace que los negocios se deterioren aún más, desencadenando un ciclo del que puede ser difícil salir.

Esta respuesta racional a nivel individual a una recesión puede agravar la situación para la economía en general. La reducción del gasto y de la actividad económica conduce a una disminución de los ingresos de las empresas, lo que provoca un aumento del desempleo y una disminución aún mayor del gasto y de la actividad económica. Durante la Gran Depresión, John Maynard Keynes fue el primero en identificar este ciclo negativo que se refuerza a sí mismo en su “Teoría general del empleo, el interés y el dinero” e identificó la política fiscal como una forma de suavizar y prevenir estas tendencias del ciclo económico.

Política fiscal frente a política monetaria

Cuando el país experimenta una crisis económica que provoca un aumento de la tasa de desempleo y un descenso del nivel de vida, el debate comienza de nuevo. Los políticos, los expertos y el público en general se debaten sobre la mejor manera de promover la recuperación económica. ¿Por ejemplo, bajando los tipos de interés o emitiendo cheques de estímulo?

En un documento de trabajo de la Oficina Nacional de Investigación Económica titulado “Stabilization with Fiscal Policy”, Kocherlakota sostiene que, en contra de la opinión consensuada desde hace tiempo, la política monetaria es ineficaz para estabilizar la economía durante los períodos de crisis. En cambio, presenta un modelo que demuestra que la política fiscal -en forma de cheques de estímulo para todos los adultos- es en realidad una herramienta más fiable.

¿Por qué es así? Su razonamiento es el siguiente: Durante los malos tiempos económicos, la demanda de bienes cae porque los consumidores están preocupados por su futuro financiero. El objetivo, entonces, es restablecer esa demanda. Los tipos de interés más bajos estimulan la demanda actual -la gente considera que pedir prestado es más atractivo que ahorrar- pero, según Kocherlakota, los tipos de interés más bajos suponen un lastre para la demanda futura.