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Para qué sirve la propaganda electoral
La notificación del votante enviada a todos los votantes elegibles incluye también un formulario de solicitud de una tarjeta electoral para votar por correo. Con esta tarjeta electoral, los votantes pueden emitir su voto en un colegio electoral de su circunscripción distinto al indicado en la notificación al votante (por ejemplo, en un colegio electoral accesible para discapacitados) o pueden votar por correo. Los votantes pueden solicitar las tarjetas electorales hasta las 18:00 horas del viernes anterior a las elecciones y, en situaciones excepcionales (como una enfermedad repentina), hasta las 15:00 horas del día de las elecciones. Las tarjetas electorales pueden solicitarse por escrito o en persona en el municipio, o por fax o correo electrónico, pero no por teléfono. Si se envía una solicitud por vía electrónica para enviar los documentos de votación a una dirección distinta de la residencia del votante, la autoridad responsable también envía una notificación a la residencia del votante para confirmar que el votante efectivamente envió la solicitud y para evitar un uso indebido.
Para votar por correo, los votantes deben rellenar la papeleta, sellarla en el sobre azul y enviarla en el sobre rojo de voto por correo junto con la tarjeta electoral y la declaración legal firmada en lugar de un juramento. En Alemania, los votos por correo enviados a través de Deutsche Post AG no necesitan franqueo. Es importante enviar los votos por correo a tiempo, especialmente cuando se vota desde el extranjero: Los votos por correo deben ser recibidos por la autoridad responsable antes de las 18:00 horas del día de las elecciones.
Qué es el efecto de la propaganda
Para generar propaganda se utilizan una serie de técnicas de propaganda basadas en la investigación psicológica social. Muchas de estas mismas técnicas pueden clasificarse como falacias lógicas, ya que los propagandistas utilizan argumentos que, aunque a veces son convincentes, no son necesariamente válidos.
En su libro Propaganda and Persuasion, los autores Garth S. Jowett y Victoria O’Donnell definen la Propaganda como el “intento deliberado y sistemático de moldear las percepciones, manipular las cogniciones y dirigir el comportamiento para lograr una respuesta que fomente la intención deseada por el propagandista”[1] La definición de Harold D. Laswell apunta aún más precisamente al aspecto técnico: “La propaganda, en el sentido más amplio, es la técnica de influir en la acción humana mediante la manipulación de representaciones. Estas representaciones pueden adoptar una forma hablada, escrita, pictórica o musical”[2] La manipulación puede ser organizada o desorganizada, consciente o inconsciente, de motivación política o social. El concepto abarca desde la propaganda estatal sistemática para manipular a la opinión pública (Edward Bernays) hasta la “propaganda sociológica” (propaganda de la integración),[3] donde el deseo inconsciente de ser manipulado y la auto-manipulación llevan al individuo a adaptarse a los pensamientos y comportamientos socialmente esperados (Jacques Ellul)[4].
Campaña política
Hacer llegar los mensajes a los votantes es importante en una democracia sana y, para ello, los partidos políticos, los promotores del referéndum y los candidatos harán campaña utilizando diversas formas de comunicarse con usted. Sin embargo, deben cumplir la ley al hacerlo; esto incluye cómo y cuándo se ponen en contacto con usted y cómo manejan cualquier información personal que recojan y tengan sobre usted.
Los partidos políticos y los candidatos tienen derecho a recibir una copia del censo electoral completo. Tanto ellos como quienes hacen campaña para ellos o trabajan con ellos deben tratarla con mucho cuidado y asegurarse de que se conserva de forma segura. La ley les permite utilizar el censo electoral para ponerse en contacto con usted para promover su campaña política, a menos que sepan que usted se opone a la comercialización directa.
Los partidos suelen utilizar el censo electoral como columna vertebral, sobre la que añadir información más detallada. En nuestra página “Sea consciente de los datos” encontrará más detalles sobre cómo las organizaciones pueden utilizar sus datos para dirigirse a usted en línea, incluyendo cómo puede controlar quién se dirige a usted.
Campaña electoral
La publicidad política es una forma de campaña que permite a los candidatos transmitir directamente su mensaje a los votantes e influir en el debate político. Mediante la publicación de anuncios en diversos medios de comunicación, los candidatos pueden llegar a un público que de otro modo no habría prestado atención a las elecciones y conseguir el reconocimiento de su nombre, poner de relieve cuestiones importantes y llamar la atención sobre las deficiencias de sus oponentes.
En el pasado, los vehículos para los anuncios políticos eran los periódicos, el correo directo, la radio y la televisión. En 2008, Barack Obama fue uno de los primeros candidatos en utilizar la publicidad en las redes sociales en su campaña. Ese año, 2008, los candidatos gastaron un total de 22,25 millones de dólares en anuncios políticos online. Desde entonces, la publicidad política en línea se ha disparado: en 2016, los candidatos gastaron 1.400 millones de dólares en ellos.
Para entender los retos de la regulación de los anuncios políticos en las redes sociales, es útil echar un vistazo a la historia de la publicidad política en Estados Unidos y cómo se ha regulado en otros medios de comunicación.