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Definición de absolutismo
Aclamado como “Luis el de Dios”, pues llegó tras 23 años de espera de un heredero, Luis XIV nació en Saint-Germain-en-Laye en 1638. Subió al trono a la edad de cuatro años tras la muerte de su padre, el rey Luis XIII, el joven monarca recibió una profunda educación de su madre Ana de Austria y de su padrino el cardenal Mazarino. Mientras su madre gobernaba como regente y Mazarino se ocupaba de la formación política del joven rey, estalló un conflicto civil conocido como la Fronda (1648-1653). La rebelión, que comenzó como una disputa entre la monarquía y el Parlamento de París, se extendió posteriormente a la aristocracia. El rey niño se sintió humillado por la arrogancia de los grandes señores y amenazado físicamente en la capital. Nunca olvidará esta experiencia.
Al principio de su reinado, antes de dedicarse a las alegorías políticas, Luis XIV eligió el sol como emblema personal. El sol es el símbolo de Apolo, dios de la paz y de las artes; es también el astro que da vida a todas las cosas, saliendo y poniéndose con una regularidad infalible. Al igual que el dios, Luis XIV era un guerrero que luchaba por restablecer la paz; también era un mecenas de las artes y la fuente de todos los privilegios. A través de la regularidad incesante de su vida y de las ceremonias públicas de levantarse y acostarse, se acentúan los paralelismos simbólicos. El Palacio de Versalles está repleto de representaciones y alusiones alegóricas al dios del sol (coronas de laurel, liras, trípodes) combinadas con retratos y emblemas reales.
Absolutismo definición fácil
Uno de los rasgos de la organización territorial del Estado es la descentralización, que implica el derecho a la autonomía, reconocido por la Constitución a las comunidades autónomas, provincias y municipios. El Estado actuará como garante, con idoneidad y equidad, del principio de solidaridad y equilibrio económico entre las distintas zonas del territorio español, teniendo en cuenta las circunstancias de insularidad.
La composición demográfica de España se caracteriza por el envejecimiento de la población. El desempleo, que es uno de los otros grandes problemas sociales, afecta especialmente a los jóvenes y a los mayores de 45 años, lo que repercute en la pérdida de población. En cuanto a los flujos migratorios, el balance es positivo según los datos de 2020.
España es un país multilingüe, donde además del español como lengua oficial, algunas Comunidades Autónomas tienen otras lenguas con carácter cooficial: El catalán, el occitano (aranés), el valenciano, el gallego y el vasco.
Efectos del absolutismo
El absolutismo o la Era del Absolutismo (c. 1610 – c. 1789) es un término historiográfico que se utiliza para describir una forma de poder monárquico que no se ve frenado por ninguna otra institución, como las iglesias, las legislaturas o las élites sociales[1] El absolutismo se suele utilizar en relación con algunos monarcas europeos durante la transición del feudalismo al capitalismo, y los monarcas descritos como absolutos se encuentran especialmente en el siglo XVI hasta el siglo XIX. El absolutismo se caracteriza por el fin de la partición feudal, la consolidación del poder con el monarca, el aumento del poder estatal, la unificación de las leyes estatales y la disminución de la influencia de la Iglesia y la nobleza.
Los monarcas absolutos también se asocian con el auge de los ejércitos permanentes profesionales, las burocracias profesionales, la codificación de las leyes estatales y el auge de las ideologías que justifican la monarquía absolutista. Los monarcas absolutistas solían considerar el derecho divino de los reyes como piedra angular de la filosofía que justificaba su poder (a diferencia del orden anterior, en el que los reyes eran considerados vasallos del Papa y del Emperador).
Pilares del absolutismo
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La monarquía absoluta[1][2] (o Absolutismo (o absolutismo como doctrina) es una forma de monarquía en la que el monarca es el único que decide y, por tanto, gobierna por sí mismo. En este tipo de monarquía, el rey suele estar limitado por una constitución (desde la época moderna). Sin embargo, en algunas de estas monarquías, el rey no está en absoluto limitado y tiene un poder absoluto[3]. En cambio, en las monarquías constitucionales, en las que la autoridad del jefe del Estado, que también está vinculada o restringida por la constitución, un legislador o las costumbres no escritas, el rey no es el único que decide, su entorno también ejerce el poder, principalmente el primer ministro[4].
El concepto generalizado de monarquía absoluta en Europa decayó sustancialmente tras la Revolución Francesa y la Primera Guerra Mundial, que promovieron teorías de gobierno basadas en la noción de soberanía popular.