Existencialismo
Lo primero que encontramos al comenzar con la lectura de El retrato de Dorian Gray es un prefacio, una serie de aforismos muy filosóficos que le sirvieron al autor irlandés, Oscar Wilde, para poder responder a quienes calificaron su primera edición de inmoral.
Se sabe que el libro se inspiró cuando visitó el estudio de un pintor amigo suyo, el mismo que aparece en este libro, ese artista romántico, amante de la belleza que idealiza y ama las cosas bellas. Ese excesivo idealismo, representado en la admiración que el autor siente por la belleza física de su modelo, así como la íntima amistad que tuvo con el hijo de un marqués que será la razón por la que será juzgado de homosexual.
Estamos ante una novela en la que el autor va a mantener que hemos perdido el sentido abstracto de la belleza ya que nos hemos conformado, como la alta sociedad victoriana, pensando que la apariencia nos da una idea del comportamiento de las personas.
Toda la argumentación anterior tiene sentido si tenemos en cuenta que El retrato de Dorian Gray está influenciado por el decadentismo, movimiento artístico surgido en Francia, país en el que Wilde vivió durante mucho tiempo. Quería demostrar el inconformismo de la alta sociedad londinense del siglo XIX con la vida social de aquellos años en los que reinaba la reina Victoria.
Filosofía
1. Competencia entre servicios postales 2. Plátanos COM 3. Bienvenido 4. VOTO 5. Bananas COM (continuación) 6. Cumbre UE/EE.UU. 7. IVA 8. Erika II 9. Turno de preguntas (Comisión) 10. Contenidos digitales europeos 11. Evaluación y gestión del ruido ambiental 12. 12. Aditivos distintos de los colorantes y edulcorantes 13. Controles oficiales en el ámbito de la alimentación animal 14. Desarrollo urbano sostenible Principio de precaución 16. Anexo – sesión solemne 17. Premio Sajarov 2000
McNally (PSE). – Señora Presidenta, sobre una cuestión de orden. Deseo informar a la Cámara de la noticia del cierre de una fábrica de automóviles en Luton, en el Reino Unido, con la pérdida de muchos miles de puestos de trabajo. Estoy seguro de que la Cámara se preocupará al conocer este último ejemplo de declive de la industria en Europa.
Presidente. – De conformidad con el orden del día, se procede al debate del informe (A5-0361/2000) del Sr. Ferber, en nombre de la Comisión de Política Regional, Transportes y Turismo, sobre la propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se modifica la Directiva 97/67/CE relativa a la apertura a la competencia de los servicios postales de la Comunidad (COM(2000)0319 – C5-0375/2000 – 2000/0139(COD)).
Perennialismo
HOMEESSAYEl filósofo del fracaso: Las alturas de la desesperación de Emil Cioran28 de noviembre de 2016 – Por Costica BradatanComentarioPara algunos, fue uno de los pensadores más subversivos de su tiempo: un Nietzsche del siglo XX, solo que más oscuro y con mejor sentido del humor. Muchos, sobre todo en su juventud, pensaban que era un lunático peligroso. Sin embargo, según otros, sólo era un joven encantadoramente irresponsable, que no representaba ningún peligro para los demás, sólo para sí mismo, quizás. Cuando su libro sobre misticismo fue a la imprenta, el tipógrafo -un hombre bueno y temeroso de Dios-, al darse cuenta de lo blasfemo de su contenido, se negó a tocarlo; el editor se lavó las manos y el autor tuvo que publicar la blasfemia en otro lugar, a su costa. ¿Quién era este hombre?
Emil Cioran (1911-1995) fue un filósofo francés nacido en Rumanía y autor de unas dos docenas de libros de una belleza salvaje e inquietante. Es un ensayista en la mejor tradición francesa, y aunque el francés no era su lengua materna, muchos lo consideran uno de los mejores escritores en ese idioma. Su estilo de escritura es caprichoso, poco sistemático, fragmentario; es celebrado como uno de los grandes maestros del aforismo. Pero el “fragmento” era para Cioran algo más que un estilo de escritura: era una vocación y una forma de vida; se llamaba a sí mismo “un homme de fragment”.
Individualismo
“La gente en las plazas no está diciendo: ‘La democracia es una mierda'”, escribió el filósofo español Juan Domingo Sánchez Estop en su blog durante las jornadas culminantes de mayo de 2011 en España. “Lo que están diciendo es: ‘Esta mierda no es la democracia'”. A partir de las protestas del 15 de mayo de 2011 -hace este sábado 10 años- el Movimiento 15M (también conocido como “Los Indignados”) cambió el país.1 Entonces, ¿qué fue el 15M? ¿Un movimiento social? ¿Una serie de protestas? ¿Un ciclo de movilización? ¿Una determinada sensibilidad o lenguaje político? ¿Un “clima”, como lo describió el filósofo español Amador Fernández-Savater? Probablemente un poco de todo esto y, al mismo tiempo, algo más.
Esa conversación, en sus múltiples dimensiones y evoluciones, es la que explora Cristina Flesher Fominaya en su último libro, Democracia recargada: Inside Spain’s Political Laboratory from 15M to Podemos. Como explica Flesher Fominaya, el 15M fue un ejemplo de impresionante inteligencia política colectiva. De hecho, fue capaz de sortear los dilemas tradicionales de los movimientos sociales y las tradiciones de la izquierda. Pudo hacerlo precisamente porque apeló a un espectro político más amplio y porque resignificó los términos, conceptos y parámetros del discurso público. En lugar de, por ejemplo, rechazar simplemente ciertos términos como propiedad de rivales ideológicos, aceptando las definiciones predeterminadas de estos términos, el movimiento fue capaz de convertirlos en poderosos campos de batalla. Como ha ilustrado Sánchez Estop, el 15M fue capaz de cooptar productivamente el propio término “democracia” y resignificar su significado.