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Economía de la energía
La Comisión Europea, bajo la presidencia de Ursula von der Leyen, tomó posesión de su cargo a finales de 2019 con un ambicioso programa para los próximos cinco años. La iniciativa central es el Pacto Verde Europeo, que pretende preparar a la UE para la neutralidad climática en 2050. El impresionante historial de la UE en la descarbonización de los sistemas eléctricos mediante tecnologías de energía renovable, especialmente la eólica marina, pero también la solar fotovoltaica, ofrece un ejemplo inspirador para muchas economías de todo el mundo. También proporciona una base sólida para la descarbonización más amplia de la economía europea a largo plazo. Para lograr la neutralidad climática, los esfuerzos políticos de la UE deben centrarse en el transporte, la industria y los edificios, junto con políticas que apoyen la integración de los sistemas energéticos.
Porcentaje de energías renovables en Alemania en 2020
La política energética es la forma en que una entidad determinada (a menudo gubernamental) ha decidido abordar las cuestiones relativas al desarrollo de la energía, incluida su conversión, distribución y uso. Los atributos de la política energética pueden incluir la legislación, los tratados internacionales, los incentivos a la inversión, las directrices para la conservación de la energía, los impuestos y otras técnicas de política pública. La energía es un componente esencial de las economías modernas. Una economía que funcione requiere no sólo mano de obra y capital, sino también energía, para los procesos de fabricación, el transporte, la comunicación y la agricultura, entre otros. La planificación energética es más detallada que la política energética.
En cuanto al término de política energética, hay que acentuar la importancia de la aplicación de una política ecoenergética a nivel mundial para abordar los problemas del calentamiento global y los cambios climáticos[por quién][1] Las decisiones de política energética a veces no se toman democráticamente[2].
Aunque se sigue investigando, las “dimensiones humanas” del uso de la energía interesan cada vez más a las empresas, los servicios públicos y los responsables políticos. El uso de las ciencias sociales para conocer el comportamiento de los consumidores de energía puede capacitar a los responsables políticos para tomar mejores decisiones sobre las opciones climáticas y energéticas en general. Esto podría facilitar un uso más eficiente de la energía, la comercialización de energías renovables y la reducción de las emisiones de carbono[3].
Política energética de la UE
El plan energético del gobierno federal (el Energiekonzept 2050) sienta las bases para un cambio radical en nuestro suministro de energía. Es fundamental que los aparatos eléctricos, así como los edificios y el transporte, sean considerablemente más eficientes. La energía procede cada vez más de fuentes renovables. Para que este cambio se produzca, nuestro suministro energético debe ser más eficiente y seguro.
El plan energético del gobierno federal define la idea principal del cambio radical previsto en nuestro suministro de energía, ya que pide que nuestro consumo de energía primaria se reduzca a la mitad para 2050 en relación con los niveles de 2008, y que el uso de energía renovable aumente hasta el 60% del consumo bruto de energía, también para 2050. El plan también exige que el sistema energético alemán elimine progresivamente los combustibles fósiles finitos y que, por tanto, no sólo sea más respetuoso con el medio ambiente, sino también más duradero y competitivo. Varios ministerios federales participan en la remodelación de la política energética alemana: La UBA realiza investigaciones, asesora a los responsables políticos y ofrece al público información sobre la energía ambientalmente sostenible. Desarrollamos y evaluamos escenarios de suministro de energía, e investigamos el impacto de las medidas técnicas y los instrumentos políticos en el sector energético. También trabajamos en el diseño técnico y económico de un sistema energético que se basará completamente en fuentes renovables. Nuestro principio rector en todo esto es lograr un suministro de energía ambientalmente sostenible, fiable y asequible.
Ley de política energética
La “Energiewende” sigue siendo la característica que define el panorama de la política energética alemana. En marcha desde hace casi una década, la Energiewende es un importante plan de transformación del sistema energético del país para hacerlo más eficiente y abastecerse principalmente de fuentes renovables. La Energiewende es claramente visible en la generación de electricidad, donde ha aumentado la cuota de renovables.
Sin embargo, a pesar de los avances en la reducción de las emisiones en general, Alemania tiene dificultades para cumplir sus objetivos de reducción de emisiones a corto plazo, en gran parte debido a un progreso desigual en los distintos sectores. Se enfrenta a retos notables en el transporte y la calefacción. Ahora, el gobierno debe reorientar sus esfuerzos para lograr mayores reducciones de emisiones en los sectores más rezagados. Un plan de acción climática recientemente adoptado, que incluye un precio del carbono en los sectores del transporte y la calefacción, representa un paso importante en la dirección correcta.